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Las elecciones de Perú mostraron una fuerte tendencia cerrada sin un ganador claro, pero con un favorito quien aventajo por 5% al resto de los candidatos, este era el radical de extrema izquierda Pedro Castillo, del partido izquierdista Perú Libre.
Mientras tanto en un reñido enfrentamiento sus oponentes políticos buscaban ser el candidato que se mediría en segunda vuelta con Castillo, siendo la ganadora la conservadora de derecha Keiko Fujimori, hija del ex dictador peruano Alberto Fujimori la cual se encuentra en la cárcel.
Segunda vuelta entre líderes débiles
Según el conteo rápido de la encuestadora Ipsos Perú al 100% -que históricamente ha tenido un muy alto nivel de coincidencia con los resultados finales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE)-, Castillo, de 51 años, obtendría un 18,1% de las preferencias; seguido de Keiko Fujimori, de 46 años, con un 14,5%.
Se trata de cifras bastante débiles que revelan una muy alta fragmentación de un electorado decepcionado de su clase política, y dos protagonistas de la segunda vuelta que llegan con un muy bajo nivel de apoyo. Ambos arriban, además, con varios pasivos. Fujimori, quien llega por tercera vez consecutiva a una segunda vuelta, es investigada por el delito de lavado de activos por presuntamente haber recibido financiación ilegal a sus campañas electorales de 2011 y 2016 de la empresa brasileña Odebrecht.
Por su parte, Castillo, tendría relaciones con una organización remanente del grupo terrorista Sendero Luminoso, actor clave del conflicto armado que se desarrolló entre 1980 y 2000, y que dejó 69.000 víctimas mortales. El candidato ha negado estas asociaciones.
Castillo postula además por Perú Libre, partido cuyo líder y fundador es el exgobernador regional de la centroandina Junín (2011-2014), Vladimir Cerrón, quien cumple una condena de prisión suspendida de cuatro años y ocho meses por los delitos de negociación incompatible y aprovechamiento de su cargo.
Castillo vs Fujimori, la ventaja del rostro nuevo
Castillo quien ha convencido a sus votantes del interior del país con un discurso nacional populista. Entre sus promesas se cuentan un referéndum para cambiar la Constitución de 1993, un aumento de sueldos a los maestros, y la imposibilidad de que sean separados de sus puestos así desaprueben las evaluaciones que exige el Ministerio de Educación. Entre sus propuestas económicas resaltan un incremento inusitado del 10% del PBI a los sectores Educación y Salud, así como una renegociación, en favor del Estado, de las utilidades que reportan las empresas extractivas que operan en el país. «Que el Estado regule el mercado, y no que el mercado regule al Estado».
Por su parte Keiko Fujimori desde la cárcel se compromete en una agenda conservadora tradicional en Peru, un país extremadamente conservador en lo económico y lo social, además de un indulto tanto para ella misma y su padre.
Fuente: Publico
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