Segundos negativos alertan ante aceleración inusual en la rotación terrestre
Este martes 22 de julio de 2025, la Tierra completó su rotación 1.34 milisegundos más rápida de lo común, convirtiéndose en el segundo día más corto registrado desde el comienzo de los registros con relojes atómicos en 1973 Solo le sigue el récord del 5 de julio de 2024, cuando se redujo en 1.66 ms.
Causas y consecuencias del fenómeno Segundos negativos
La causa más aceptada apunta a la posición extrema de la Luna, en su máxima declinación respecto al ecuador, fenómeno que debilita su freno gravitacional sobre la Tierra, acelerando así su rotación. Sin embargo, los modelos atmosféricos y oceánicos no pueden explicar totalmente esta tendencia; por eso se exploran hipótesis que apuntan al núcleo terrestre o dinámicas internas aún desconocidas.
Desde 2020 se ha observado un patrón constante de días más cortos, rompiendo récords año tras año.
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¿Qué riesgos implican los segundos negativos para el mundo moderno?
Aunque imperceptibles para la vida cotidiana, estos cambios tienen un impacto real en sistemas que dependen de la sincronización exacta de tiempo: GPS, bancos, telecomunicaciones, redes digitales y observatorios astronómicos.
Hasta ahora, se han añadido segundos intercalados positivos (leap seconds) para compensar días más largos, pero ahora se plantea aplicar por primera vez un segundo negativo para mantener el tiempo UTC alineado con la rotación real de la Tierra. Esta medida podría ser necesaria ya en 2029, si la tendencia continúa.
Implicaciones geopolíticas y tecnológicas
Desde una óptica de derecha, este fenómeno expone la fragilidad del modelo de dependencia global en infraestructuras tecnológicas centralizadas: un error en el ajuste horario podría paralizar sistemas financieros, causar desconexiones en redes críticas o alterar transacciones digitales, dejando en evidencia la necesidad de mayor resiliencia y control soberano sobre la gestión del tiempo.
Los expertos temen un “Y2K moderno”: un fallo masivo provocado por la inexistencia de experiencia previa con segundos negativos, que podrían generar errores de programación no previstos en sistemas operativos y aplicaciones sensibles.
Conclusión: un fenómeno global con retos reales
Los segundos negativos, evidenciados por los registros históricos de días acelerados como el del 22 de julio, marcan un precedente crítico en la era digital. No es una simple curiosidad astronómica: es una señal de alerta para gobiernos, empresas tecnológicas y reguladores sobre la estabilidad de los sistemas de tiempo global.
La comunidad científica mundial está en alerta, y los responsables políticos deben prepararse para garantizar que no haya impacto institucional ni tecnológico por ajustes temporales extremos.
Con información de:
Space.com














