Un shock económico sin precedentes en la última década
Bolivia cerró el primer semestre de 2025 con una inflación acumulada de 23,96 %, la más alta desde 1985, según confirmó el Instituto Nacional de Estadística (INE) El País. Solo quedó por debajo de Venezuela, lo que la convierte en el segundo país más inflacionario de América Latina, superando a Brasil, Colombia y México .
Según el director del INE, Humberto Arandia, en junio la inflación mensual alcanzó un alarmante 5,21 %, de los cuales 4,5 % se atribuyen directamente a los bloqueos promovidos por Evo Morales y sus seguidores, que generaron escasez y encarecieron los productos más básicos.
El rol del dólar paralelo en el encarecimiento interno
Otro factor crítico señalado por Arandia es el impacto del tipo de cambio paralelo, cuyo valor duplica al oficial —6,96 bolivianos por dólar— lo que encarece las importaciones y ejerce una presión adicional sobre los precios internos.
“La distorsión cambiaria se refleja directamente en el bolsillo del consumidor, especialmente en productos importados y en servicios vinculados a insumos foráneos”, explicó el funcionario.
Consecuencias graves para los c
La escalada inflacionaria ya afecta profundamente la vida diaria de los bolivianos. Según reportes de Reuters, los hogares más vulnerables recortan comidas y sacrifican calidad nutricional, mientras que los transportistas y comerciantes enfrentan largas filas por combustible y escasez de divisas.
Adicionalmente, la economía sufre por la caída de exportaciones de gas, históricamente el motor de divisas del país. La falta de nuevos yacimientos y la creciente dependencia de combustibles importados han colapsado las reservas internacionales .
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El legado del populismo y los bloqueos sociales
El modelo económico heredado del régimen de Evo Morales, basado en el control del tipo de cambio, subsidios expansivos y alta intervención estatal, está mostrando sus límites. El déficit fue financiado con emisión monetaria, lo que avivó la inflación y debilitó la estabilidad macroeconómica.
Las protestas y bloqueos campesinos motivados por Morales, como los ocurridos en mayo-junio, agudizaron la crisis, interrumpiendo el transporte de alimentos y combustible, y generando nuevos repuntes de precios .
Opinión de organismos internacionales y medidas urgentes
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la inflación podría llegar a 15 % en 2025, una cifra ya superada a mitad de año . El FMI advierte que, si no se devalúa el tipo de cambio y se ajustan los subsidios, la crisis se profundizará.
Organismos como el Banco Mundial y InsightCrime coinciden en que la alta inflación, unida al agotamiento de reservas y subsidios insostenibles, constituye “una tormenta perfecta” para la economía boliviana .
Reformas imprescindibles para frenar la debacle económica
Para revertir esta espiral inflacionaria, expertos recomiendan reformas estructurales:
- Desvincular el tipo de cambio paralelo del mercado oficial, permitiendo una devaluación gradual que refleje la realidad económica.
- Reducir los subsidios fueleros y energéticos, focalizando el apoyo en los sectores más vulnerables.
- Fortalecer las reservas internacionales a través de un aumento significativo en las exportaciones de gas y diversificación de la economía.
Sin estos cambios, Bolivia podría enfrentarse a una situación similar a la de principios de los años 80, cuando la hiperinflación desencadenó crisis profundas.
Conclusión
Los datos oficiales del INE confirman que Bolivia vive su peor crisis inflacionaria en 40 años, alimentada por bloqueos internos, rigideces cambiarias y un modelo económico agotado. La escalada de precios erosiona el poder adquisitivo de los más vulnerables y amenaza con desestabilizar políticamente al país a menos que se apliquen reformas urgentes y coherentes.