El presidente de Estados Unidos y actual candidato republicano, Donald J. Trump, volvió a ser centro de la polémica este fin de semana al amenazar públicamente con revocar la nacionalidad de la actriz y comediante Rosie O’Donnell, figura abiertamente lesbiana y miembro visible de la comunidad LGBTIQ+.
A través de su red social Truth Social, Trump expresó su molestia ante lo que considera actitudes “antipatrióticas” de la artista, señalando que no descarta retirarle la ciudadanía estadounidense. “Como Rosie O’Donnell no respeta a nuestro gran país, estoy considerando seriamente revocarle la ciudadanía. Es una amenaza para la humanidad y debería quedarse en la hermosa Irlanda, si así lo desea. ¡Dios bendiga a Estados Unidos!”, escribió el exmandatario.
Esta nueva declaración se suma a la lista de enfrentamientos públicos que el líder republicano ha tenido con personalidades mediáticas, especialmente aquellas que lo han criticado abiertamente o han manifestado rechazo hacia sus políticas conservadoras.
Viejas rencillas que resurgen
No es la primera vez que Trump y O’Donnell se enfrentan. El intercambio de insultos y críticas mutuas tiene más de una década de historia, mucho antes de que el empresario decidiera lanzarse al ruedo político. Su antagonismo ha sido constante, pero ahora toma un matiz más grave con la amenaza de despojo de ciudadanía.
Mientras Trump acusa a O’Donnell de ser una “enemiga del país”, la actriz responde con ferocidad, tildándolo de corrupto, mentiroso y abusador. En los últimos días, ha publicado una serie de mensajes en Instagram donde cuestiona la estabilidad mental del presidente, y defiende su decisión de abandonar Estados Unidos y establecerse en Irlanda.
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La respuesta de Rosie O’Donnell
Desde su cuenta personal, O’Donnell publicó un extenso mensaje donde afirmó que Trump “siempre ha detestado que yo lo vea como realmente es: un criminal, estafador, depredador sexual, mentiroso, y destructor de la nación para beneficio propio”. También explicó que se mudó a Irlanda para cuidar de su hija autista en un entorno más humano y seguro.
En otro mensaje cargado de simbolismo, la actriz de 63 años comparó a Trump con el rey Joffrey, personaje tiránico de la serie Game of Thrones, y lo desafió abiertamente: “¿Quieres revocar mi nacionalidad? ¡Hazlo! No soy tuya para silenciarme. Nunca lo fui ni lo seré”.
Además, compartió una imagen de Trump junto a Jeffrey Epstein, el difunto empresario acusado de liderar una red de explotación sexual de menores, para reforzar sus acusaciones sobre la supuesta cercanía del presidente con figuras oscuras del poder.
¿Es legal quitarle la ciudadanía a un ciudadano por nacimiento?
La amenaza de Trump, aunque mediáticamente potente, choca con las bases legales de la Constitución estadounidense. Rosie O’Donnell nació en Estados Unidos, lo que le otorga la ciudadanía por derecho de nacimiento. Revocar ese derecho sería casi imposible, salvo en casos extremadamente excepcionales relacionados con actos de traición.
Sin embargo, para algunos seguidores de Trump, el gesto representa más una postura simbólica que una acción legal. “Trump simplemente está expresando lo que muchos patriotas sentimos: si alguien odia tanto a este país, debería irse y no regresar”, escribió un seguidor en la misma red Truth Social.
Trump y el nacionalismo conservador
La retórica de Trump se ha endurecido desde su salida de la Casa Blanca. Su campaña 2024 está centrada en un mensaje claro: recuperar el país de quienes, según él, lo han debilitado internamente. Artistas como O’Donnell, activistas progresistas y miembros de comunidades que critican el “modelo tradicional americano” han sido blancos frecuentes de sus discursos.
Este enfoque ha sido respaldado por millones de estadounidenses cansados de lo que consideran un exceso de corrección política, una cultura de victimismo y un progresismo que —según ellos— amenaza con destruir los valores fundacionales del país.
La polarización cultural: una batalla ideológica
El caso Trump-O’Donnell es solo una muestra de la profunda división que atraviesa la sociedad estadounidense. De un lado, quienes defienden la tradición, la familia, la religión y el orden; del otro, quienes promueven una agenda que incluye la redefinición del género, la apertura migratoria y la “deconstrucción” de símbolos patrios.
Rosie O’Donnell representa esta última corriente: una mujer abiertamente lesbiana, activista, que se mudó al extranjero y que usa sus redes para atacar constantemente a la figura presidencial más conservadora de los últimos tiempos.