Desarrollo del acontecimiento
El reciente intercambio político entre Estados Unidos, El Salvador y Venezuela ha liberado a 80 personas detenidas en cárceles venezolanas, mientras deporta a 252 venezolanos desde la infame prisión CECOT en El Salvador. Este movimiento, aunque loable para los liberados, expone una estrategia de “puerta giratoria”: mientras algunos recuperan su libertad, otros siguen siendo incarcerados en operaciones simultáneas, según denuncias de organizaciones como Foro Penal.
Este intercambio político no termina con la represión. Aun cuando se celebre la liberación de los primeros 48 detenidos (hasta ahora), cerca de 1.000 personas siguen presos por motivos políticos, y se han identificado al menos 12 nuevas detenciones en los días posteriores al acuerdo
Investigaciones por tortura y abuso
La ofensiva política no solo alcanza a Venezuela. El fiscal venezolano, Tarek Saab, ha iniciado una investigación contra el presidente salvadoreño Nayib Bukele y otros miembros de su gabinete por supuestos abusos, como tortura, alimentaciones contaminadas y agresiones sexuales contra los deportados. Víctimas como el cantante Arturo Suárez han relatado su experiencia traumática en CECOT.
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Implicaciones y análisis
1. Debilidad del régimen de Maduro
El hecho de aceptar el intercambio revela una necesidad de mostrar gestos de magnanimidad para recuperar legitimidad internacional, evidenciando una posición de debilidad ante la presión global.
2. La narrativa del control social
Mientras el régimen anuncia liberaciones, emplea la retención selectiva y arrestos continuos como mecanismo de control político, reforzando su estrategia represiva.
3. Reacción internacional y diplomática
El intercambio fue impulsado por la administración Trump a través del uso del Alien Enemies Act, politizando así la cuestión migratoria y judicial en plena campaña electoral. Desde la derecha, se aplaude la recuperación de ciudadanos estadounidenses, pero también se destaca que la política de mano dura no está exenta de consecuencias éticas.
4. Nueva postura de El Salvador
Bukele entra en el foco global: el alegato de tortura profundiza la presión internacional sobre su administración, alineada ideológicamente con la derecha dura.
Conclusión
El intercambio político pinta un escenario contradictorio: un régimen que libera para sobrevivir políticamente, mientras que mantiene activa su maquinaria de represión interna. Es un claro ejemplo de la realpolitik en tiempos de polarización: liberaciones que funcionan como cortinas de humo, sin un cambio real en materia de derechos humanos.
Con información de Foro Penal y Reuters, AP News,














