Recompensa para capturar Maduro generó un inmediato y enfático pronunciamiento del régimen de Maduro, luego de que EE. UU. anunciara una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. El canciller Yván Gil expresó su rechazo a través de Telegram, calificando la medida de “circo mediático” y una “cortina de humo ridícula”.
Gil acusó al gobierno estadounidense de emplear esta estrategia para desviar la atención de sus desafíos internos y de complacer a lo que llamó la “ultraderecha derrotada de Venezuela”.
“Circense estrategia de propaganda” según el régimen
El canciller agregó que, mientras desde Washington se acusa y se persigue al mandatario venezolano, en el país se desmantelan “redes terroristas” supuestamente originadas en territorio estadounidense. En este contexto, calificó la recompensa como una maniobra política diseñada para desacreditar al liderazgo chavista.
Para Yván Gil, esta no era una sorpresa, “viniendo de quien viene”, haciendo alusión a Pamela Bondi, a quien relacionó con escándalos pasados de favores políticos y la supuesta liberación de una “lista secreta” ligada a Jeffrey Epstein. Su mensaje concluyó con un llamado emotivo: “la dignidad de nuestra patria no está en venta”, repudiando lo que definió como una operación mediática dirigida a menoscabar la soberanía nacional.
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Analistas de política internacional consideran que la singular recompensa de USD 50 millones marca una escalada en la confrontación bilateral. Sin embargo, el régimen interpreta esta medida como una acción desesperada de EE. UU. por recuperar relevancia política interna, especialmente frente a acusaciones que enfrentan funcionarios estadounidenses sobre irregularidades y favoritismos, incluyendo el manejo mediático en casos emblemáticos.
El régimen defiende su soberanía frente a acusaciones externas
El mensaje del canciller no solo rechazó la recompensa, sino que ubicó el episodio dentro de una narrativa política: la búsqueda de Maduro no es un acto judicial imparcial, sino parte de una campaña para deslegitimar al gobierno venezolano. Resaltó que el país está enfrentando amenazas reales, en contraste con lo que calificó como montajes orquestados por potencias extranjeras.
“Recompensa para capturar Maduro representa ataque político, dice el régimen”
Los observadores recuerdan que este tipo de medidas suelen endurecer la retórica del Ejecutivo venezolano, quien suele responder acusando injerencia y debilitamiento de la autonomía nacional. La comunicación oficial a través de Telegram refuerza este estilo confrontativo que caracteriza a la diplomacia chavista actual.
Perspectivas y consecuencias de la medida estadounidense
La recompensa no solo tiene un impacto simbólico, sino que también podría activar protocolos de cooperación internacional en materia de inteligencia y captura. Mientras tanto, el régimen refuerza su narrativa: cualquier acción unilateral de EE. UU. —en su visión, hipócrita— será percibida como una agresión política y violación al derecho internacional, lo que dificulta cualquier diálogo bilateral.
Reflexión final
En medio de una crisis económica y social persistente, la recompensa para capturar a Maduro añade un nuevo elemento de tensión. El régimen, por su parte, responde con firmeza, mirando hacia adentro para consolidar el apoyo interno, y hacia afuera para denunciar lo que considera una campaña mediática y política en su contra.