Maduro desafiante activa milicias venezolanas inéditas frente a despliegue militar en el Caribe
Respuesta estratégica ante presión extranjera
En un contexto de escalada diplomática, Estados Unidos envió tres destructores lanzamisiles, el USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, junto a 4 000 efectivos, en una operación antidrogas que buscaba presionar al régimen de Maduro acusándolo de narcotráfico y duplicando la recompensa por su captura a USD 50 millones.
Ante esta ofensiva, Maduro desafiante respondió con un despliegue masivo: 4 a 4,5 millones de milicia venezolana fueron movilizados, expandiendo incluso los “cuadrantes de paz” en Caracas, reiterando que ningún imperio tocará el suelo sagrado del país.
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Los restaurantes en Venezuela operan con márgenes de ganancia de apenas 10% a 15%.Defensa popular-militar como estrategia clave
Con el soporte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el pueblo organizado, el régimen de Maduro ha reforzado una doctrina basada en unión cívico-militar. Esta estrategia no solo busca disuadir cualquier intervención, sino consolidar un relato de protección popular frente al imperialismo estadounidense.
Claves del empeoramiento de las tensiones
- “Imperialismo estadounidense” vs. soberanía nacional: La Casa Blanca afirmó estar dispuesta a usar “todos los recursos del poder” contra cárteles que operan desde Venezuela
- Milicias como símbolo y escudo: La movilización masiva pretende reforzar el imaginario de defensa nacional y disuadir amenazas externas
Reacción internacional e impacto político
Mientras opciones diplomáticas y sanciones económicas habían sido las herramientas previas contra el régimen de Maduro, esta escalada militar marca un nuevo nivel de confrontación. El régimen lleva años denunciado como narcotraficante por EE.UU., pero la movilización masiva resuena en clave política interna, apuntalando la autoridad del líder frente a posibles protestas.
Conclusión
La jugada de Maduro desafiante refuerza su narrativa de resistencia frente al despliegue militar en el Caribe. Al convocar a millones, el régimen de Maduro busca proyectar la imagen de poder y control interno, mientras estrecha aún más el foco en la polarización geo-política regional.