El bote de aguas blancas en Durigua, estado Portuguesa, representa una clara muestra del abandono institucional y la ineficiencia de los entes públicos bajo el régimen de Maduro. Desde hace más de nueve meses, una enorme fuga de agua potable ha inundado parte del sector 3 de la urbanización Durigua, específicamente en la intersección de la avenida 7 con calle 3, frente a la casa comunal.
Según denuncian los residentes, cientos de miles de litros de agua se han desperdiciado en este tiempo, generando un enorme charco que ha convertido el lugar en una laguna insalubre. “Aquí el agua corre todos los días, sin control, mientras hay otras comunidades que pasan semanas sin recibir una gota”, expresó un vecino afectado.
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Bote de aguas blancas en Durigua: el desastre sigue sin respuesta
El problema del bote de aguas blancas en Durigua ha sido reportado en múltiples ocasiones ante las autoridades locales. Sin embargo, ni la Alcaldía de Páez ni la Hidrológica de Portuguesa han ofrecido una solución efectiva o siquiera una respuesta formal. Los vecinos denuncian que la desidia del régimen chavista ha permitido que esta fuga se mantenga por casi un año, afectando a más de 80 familias directamente.
Además del desperdicio escandaloso de agua en un país donde el acceso al servicio es deficiente, los residentes advierten que el charco formado se ha convertido en un criadero de zancudos. “Estamos expuestos a enfermedades como dengue, zika y chikungunya, y a nadie le importa”, señalaron con preocupación.
El colapso de los servicios públicos en manos del régimen de Maduro
Este bote de aguas blancas en Durigua no es un hecho aislado. Forma parte del colapso generalizado de los servicios públicos que vive Venezuela bajo la dictadura chavista. Calles llenas de huecos, fallas eléctricas, cloacas colapsadas y escasez de agua potable son parte del día a día de millones de venezolanos.
A pesar de los millonarios recursos que el régimen ha manejado durante dos décadas, no existen políticas públicas sostenidas para atender problemas básicos como este. El caso de Durigua revela cómo la corrupción, la incapacidad técnica y la falta de voluntad política siguen condenando a las comunidades al deterioro y al olvido.
Vecinos exigen acción inmediata
Los habitantes de Durigua han optado por hacer un llamado público a través de los medios, esperando que la presión ciudadana genere algún tipo de reacción por parte de los entes responsables. “Aquí nadie responde. Hemos metido cartas, fotos y hasta videos a la Alcaldía, y todo sigue igual”, relatan indignados.
Además, advierten que la salud de los niños y ancianos del sector está en peligro constante, debido a los mosquitos y al encharcamiento prolongado. Esta situación representa un riesgo sanitario urgente, y si no es atendida a tiempo, podría desencadenar brotes de enfermedades transmitidas por vectores.
Con información de:
Portuguesa Reporta














