Trabajos en el puente de Portuguesa han alcanzado apenas un 55% de avance, según reportes difundidos por el Ministerio de Transporte a través de redes sociales. La estructura, ubicada en La Trinidad y que colapsó tras fuertes lluvias el 25 de junio de 2025, permanece aún inhabilitada. Mientras tanto, el régimen de Maduro presenta estas cifras como “logros”, sin ofrecer una solución definitiva a las comunidades afectadas por el colapso de una de las principales arterias viales del país.
La caída del puente, ubicado en la Autopista José Antonio Páez en el municipio Ospino, paralizó el tránsito de productos esenciales entre los estados del centro-occidente del país, causando un impacto directo en el suministro de alimentos, combustible y medicinas. A pesar de la gravedad del suceso, el dictador de Maduro se ha limitado a publicar avances parciales, sin asumir responsabilidad por la falta de mantenimiento preventivo que pudo haber evitado esta emergencia.
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Trabajos en el puente de Portuguesa muestran lentitud e improvisación
Las labores actuales se enfocan en la instalación del acero de refuerzo en las paredes del cajón del puente, una medida que, según expertos en infraestructura, debió haberse ejecutado mucho antes del colapso. De hecho, hasta el 16 de julio se había reportado un 43% de avance, lo que implica solo un 11% de mejora en casi una semana, ritmo que refleja ineficiencia e improvisación.
Además del puente de La Trinidad, otros puentes en Portuguesa muestran avances igualmente mediocres:
- Puente La Vega (entre Píritu y Turén): apenas 12% de avance, con trabajos en pilotes y reparación de borde.
- Puente sobre el río Guache: 38% de progreso reportado.
- Puente sobre el río Acarigua: sólo 14% de ejecución.
Este panorama evidencia una emergencia estructural generalizada en la red vial del país, ignorada durante años por el régimen chavista, que hoy pretende ocultar su responsabilidad con anuncios rimbombantes pero vacíos.
Soluciones provisionales que no solucionan nada
Como medida temporal, el Ministerio habilitó una vía alterna de entrada y salida al poblado La Trinidad, junto con el reacondicionamiento de la variante TO05. Sin embargo, transportistas y vecinos reportan congestiones, deterioro acelerado de la vía secundaria y demoras significativas en el traslado de productos.
El problema no es nuevo. La falta de inversión sostenida, corrupción en contratos de infraestructura y abandono estatal han generado una vulnerabilidad estructural en la región. Ahora, ante la presión pública, las autoridades tratan de salvar su imagen con informes de progreso que no resuelven las causas del problema.














