Un cadáver con cartel fue localizado este fin de semana en el sector El Porvenir, vía a Tres Esquinas, parroquia Puerto Vivas, municipio Andrés Eloy Blanco, estado Barinas. La víctima fue identificada como Jorge Luis Urbina Pérez, de 33 años, quien presentaba al menos cinco impactos de bala y un letrero junto a su cuerpo que lo señalaba explícitamente: “por violador”.

Urbina Pérez estaba bajo investigación por parte del CICPC de San Cristóbal desde el martes 30 de septiembre, por el delito de abuso sexual con penetración en perjuicio de su hijastra de 11 años.

Las autoridades activaron el protocolo de rigor tras el hallazgo y aún mantienen abiertas todas las líneas de investigación, incluida la hipótesis de un posible ajusticiamiento por venganza.

Investigación previa: la imputación contra Urbina Pérez

Desde el 30 de septiembre, Jorge Luis Urbina Pérez figuraba como sospechoso en las averiguaciones por supuestos hechos de violencia sexual contra su propia hija de 11 años. El CICPC de San Cristóbal atendía el caso, recabando testimonios y pruebas preliminares.

Versiones extraoficiales indican que ese mismo día habría sido interceptado por varios sujetos cerca de su vivienda en la población de El Pabellón, después de lo cual fue trasladado a un destino desconocido. Sus familiares denunciaron su desaparición cuando no lograron localizarlo transcurridas las horas.

El hallazgo: cadáver con cartel y múltiples impactos de bala

Cuando localizaron el cuerpo, los investigadores contaban al menos cinco heridas por arma de fuego. Junto al cadáver, se encontraba un mensaje que lo acusaba como “violador”, lo que ha llamado la atención de los organismos policiales y del Ministerio Público por el componente simbólico del crimen.

La escena del crimen fue intervenida por la Delegación Municipal Santa Bárbara del CICPC, encargada de levantar el cadáver y recolectar evidencias esenciales (balística, rastros biológicos, huellas, etc.).

Hipótesis que barajan las autoridades

Mientras el fiscal superior del Ministerio Público en Barinas dirige las diligencias, las líneas de indagación preliminares son variadas:

• Venganza social: la presencia del cartel acusador sugiere que algunos podrían haber decidido impartir justicia por mano propia.
• Venganza familiar o personal: conflictos entre allegados relacionados con el caso de abuso podrían haber escalado hacia un homicidio.
• Participación de terceros con intereses oscuros: podrían haber involucramiento de redes u organizaciones con motivaciones criminales, más allá del caso de abuso.

Las autoridades han pedido colaboración ciudadana y garantizado confidencialidad para quienes ofrezcan información útil.

Repercusiones locales y exigencia de respuestas

Este caso ha encendido el debate público en Barinas y en varios sectores de la sociedad venezolana. Algunos argumentan que el ajusticiamiento popular refleja desconfianza en la justicia formal; otros defienden que incluso los presuntos delincuentes deben responder ante un debido proceso.

Organizaciones de derechos humanos han recordado la importancia del principio de presunción de inocencia, incluso frente a los casos más graves. Al mismo tiempo, exigen a las autoridades que esclarezcan el crimen y garanticen que no quede impune.

Conclusión y llamado a la acción

El hallazgo de un cadáver con cartel acusando públicamente a Jorge Luis Urbina Pérez es un episodio dramático que fusiona un crimen atroz con un mensaje simbólico. La sociedad exige respuestas claras: ¿quién ordenó la ejecución? ¿existió falla en el sistema de protección para la niña agraviada? ¿se respetarán los derechos humanos de todas las partes?

El régimen de Maduro no puede ignorar estos casos: debe garantizar que la Fiscalía actúe con independencia, que los responsables sean judicializados con transparencia y que la verdad prevalezca por encima del sensacionalismo.